De dónde vengo, dónde estoy y adónde voy

Me acabo de loguear en WordPress y veo que la última entrada es la tesis de inversión de Green, con fecha del 22/04/2024.

Hostia… ha pasado un año y medio, y eso es mucho tiempo.

Normalmente suelo divagar en papel, con pluma, en mi diario y solo para mí. A veces sin rumbo: los pensamientos fluyen y un torrente de palabras los sigue por escrito. Otras veces me hago preguntas a las que intento dar respuesta, y en ocasiones trato de trazar planes.

Sin embargo, hoy he decidido hacerlo de forma electrónica. Este texto es para mí: para pensar, reflexionar y tratar de encontrar respuestas. Pero también para quien pueda interesarle…

De dónde vengo: ¿Qué ha pasado el último año y medio y por qué he dejado esto de lado?

A nivel personal

En un año y medio pueden pasar un montón de cosas… o no tantas. Es como cuando te cruzas con un conocido o un amigo al que hace tiempo que no ves y te pregunta: «¿Qué cuentas? ¿Cómo te va?»

No sé tú, pero mi respuesta es casi siempre la misma: «Bien, como siempre».

(Soy hombre de pocas palabras, ¿qué quieres que te diga…?)

A grandes rasgos, todo sigue igual: sigo viviendo en Suiza (y espero que eso no cambie), sigo trabajando de farmacéutico (eso sí que no me importaría que cambiase) y sigo invirtiendo buena parte de lo que ingreso.

En un plano más micro: me han operado de una rodilla (tenía roto el cruzado y el menisco) y he estado estudiando como un cabrón para sacarme la especialidad de farmacéutico de oficina en Suiza. Lo cierto es que, si trabajas 42 horas a la semana y luego te toca estudiar otras 20, tiempo libre queda más bien poco.

Como he dejado entrever en el último párrafo, si he desaparecido es porque tenía que estudiar (mucho).

Y aunque pueda parecer una buena excusa, lo cierto es que el examen lo hice en abril. Así que después me pasé unos meses tocándome un poco los c…, sin hacer nada y con un vacío existencial de regalo.

Ya tengo 34 años y me conozco lo suficiente como para saber el motivo de mi inacción:

  • Pereza y miedo al trabajo: aunque creo que tengo una capacidad de esfuerzo superior a la media (todo lo que he conseguido en mi vida ha sido a base de fuerza, porque no me considero más listo que la media), cuando estoy solo y no tengo una presión externa, me cuesta arrancar.
  • Inercia: lo que está parado tiende a permanecer en ese estado. Y cuando llevas un año sin hacer algo, cuesta mucho retomarlo.
  • Falta de un plan: no sé si esto le pasa a todo el mundo o es una rareza mía, pero cuando me enfrento a una tarea grande me bloqueo; una especie de parálisis por análisis. No sé por dónde meterle mano. Normalmente, cuando me ocurre esto, trato de dividir la tarea en partes mucho más pequeñas y accionables.

Por último, con lo activo que soy y el buen tiempo que ha hecho en Suiza este verano, tampoco ha ayudado a que retomase la inversión activa.

A nivel financiero

En cuanto al portfolio, no voy a hablar de lo que ha hecho o dejado de hacer la bolsa en el último año y medio.

A grandes rasgos, lo diré claro: he sido gilipollas. Me queda como consuelo que trabajo en ello y tengo la esperanza de ser un poco menos imbécil que ayer.

Tengo la cartera dividida en dos brokers:

  • Degiro: ahí tengo mis inversiones más antiguas, buena parte en Amazon, Meta, Alphabet y Visa acompañadas de algunas small caps. Las cuatro primeras han tirado más o menos bien del carro.
  • Interactive Brokers: mis inversiones más recientes, sobre todo small caps y empresas europeas. Aquí la hostia ha sido espectacular. No tanto porque haya perdido dinero (no ha sido así), sino porque me he quedado plano, con cara de tonto, viendo cómo el índice volaba.

¿Qué errores he cometido?

Creo que la principal causa de los errores ha sido la falta de tiempo.

  • Copiar ideas de inversión sin hacer los deberes. Un clásico, y sé que es probablemente el error más básico que hay. Pero conocer nuestros sesgos no nos impide caer en ellos: el fumador no fuma porque no sepa que es malo. En mi caso, me limité a fusilar ideas tras leer o escuchar tesis de inversión que sonaban bien y parecían tener sentido. Algunas me hicieron ganar dinero, otras perderlo: al final lo comido por lo servido. El problema es que he vivido en mis propias carnes la falta de convicción. La compañía sube y multiplica por tres, ¿qué haces? ¿vender? De momento, los fundamentales soportan la valoración… pero eso no es ninguna tesis de inversión. Lo mismo aplica a la inversa, cuando baja. Y el “retorno a la media” tampoco es una tesis, porque los negocios cambian.
  • No hacer seguimiento. Por falta de tiempo dejé de lado la inversión activa, y con ella también el seguimiento de las empresas que ya conocía. Con el tiempo pasa lo mismo: pierdes convicción y empiezas a preguntarte si te habrás equivocado.
  • Infoxicación.Últimamente me he expuesto a demasiada información: demasiados mails de Substack, demasiados podcasts en el gimnasio, demasiados directos mientras hacía tareas en casa. Recibir 10 ideas de inversión por semana, de las cuales 5 parecen buenísimas, es imposible de gestionar. Además, muchas de esas ideas vienen de gente que lleva poco tiempo invirtiendo y publica una tesis por semana, o de creadores de entretenimiento financiero (que está muy bien, pero no es lo mismo). A mí este exceso de información me genera FOMO y me lleva a cometer errores.

Aprendizajes de estos errores

  • Si no tienes tiempo indexate: podria ser que eligieses por azar una serie de empresas que vayan a batir al mercado, pero no lo haran siempre ni en todo momento. Si han batido al mercado, ¿las seguiras aguantando? ¿y si lo han hecho peor? Te va a faltar conviccion.
  • No copiar sin hacer los deberes.
  • Si no puedes hacer seguimiento indexate.
  • La reversión a la media no es una tesis de inversión.
  • Extrapolar el pasado más cercano al futuro tampoco es una tesis de inversión.
  • Reducir y ser mucho más selectivo con la información que recibes. Centrarse especialmente en inversores auditados (no quiero dar la chapa con esto como Estebaranz) y que hayan pasado la prueba del tiempo. Vamos, gestores, a poder ser que lleven años haciéndolo muy bien y que aún manejen pequeños fondos.
  • Alguien que trabaja e invierte en su tiempo libre no tiene capacidad de conocer y seguir más que 10 (+/-2) empresas. Y este punto me lleva a una segunda derivada: si ya tienes esas 10 empresas y no quieres seguir concentrándote en ellas, indexate.
    Es posible que aún no tengas el expertise o el conocimiento para seguir acumulando peso en esas posiciones, o incluso que por psicología no quieras. En ese caso, creo que es mejor indexarse que diversificar en muchas más empresas que no puedas estudiar y seguir adecuadamente. Como alternativa a indexarse, tambien puedes comprar un fondo de gestion activa, pero aqui tienes que tener muuucha conviccion en el gestor.

Con esto ya acabo la primera parte de la entrada y paso a la segunda.

Dónde estoy: cómo está mi cartera y qué estoy haciendo

Actualmente, y tras reducir alguna posición, mi portfolio tiene 32 acciones. El objetivo es ir reduciendo estas posiciones hasta una cantidad más manejable (10-15) y que pueda monitorizar, ya que 32 es inabarcable.

¿Qué me impide reducir hoy la posición?

  • Hay posiciones que a día de hoy son hold forever salvo que se vayan mucho de madre, como Visa.
  • Hay otras en las que hice la tesis, se está cumpliendo y las quiero mantener.
  • Hay otras que están pasando por un mal momento y, cuando el mercado las ponga en valor, venderé.
  • Hay otras que tengo que repasar la tesis.

Según se vayan desarrollando los puntos, iré cerrando posiciones.

Este año entré en crypto, o más bien en Bitcoin.

Se suele decir que cada persona compra Bitcoin al precio que se merece, pues abrí posición por encima de 100k.

No está mal, sobre todo si tengo en cuenta que la única vez que me lo planteé en serio de verdad y no compré fue cuando estaba a 1.000 USD. Por aquel entonces estaba acabando la carrera, aún sin trabajo, y mi único ahorro eran 1.000 pavos.

Hay decisiones que se pagan caras, pero como no sabes lo que no sabes, no puedo decir que haya sido un error.

¿Por qué invierto en BTC?

No me fío ni un pelo de los gobiernos occidentales, sobre todo Europa y EEUU. Gastan dinero como niños tontos, se endeudan cada vez más y parecen no tener reparo en ello. Cada vez confío menos en las monedas fiat y esto es, en cierto modo, una apuesta en que los bancos centrales y los gobiernos occidentales van a seguir haciendo lo que vienen haciendo desde hace muchos años. No hay incentivos para cambiar y, como ya he comentado al principio del artículo, la inercia pesa.

A dónde voy: cuáles son mis planes de futuro respecto a mi estrategia de inversión y para este blog

Bitcoin y oro

Como bien comentaba en el punto anterior, creo que en el mundo fiat la moneda va a seguir la senda de la devaluación. Y miedo me da que la tendencia se pueda acelerar.

Occidente cada vez es más socialista, la sociedad pide socialismo y los políticos darán socialismo.

Atrás quedan los tiempos de políticos responsables. Palabras como responsabilidad, austeridad y recortes parecen condenadas al ostracismo. El debate se ha perdido: prácticamente nadie en el espectro político habla de recortes de calado y de tratar de repagar deuda. Ni en España, ni en prácticamente ningún país de Europa.

Y creo que puedo hablar de esto con conocimiento de causa. La facilidad con la que están subsidiando Alemania o Austria desde el coronavirus mete miedo. Otros países europeos, como Francia, no son menos. La iluminada de Marie habla de bajar impuestos y subir gasto público… ¿qué podría salir mal?

Ante este panorama, creo que BTC y oro deben tener un cierto peso en mi cartera. Y puesto que he abierto posición muy recientemente en BTC, los próximos meses toca seguir aumentándola.

Gestión activa vs pasiva

En los últimos meses, más concretamente semanas, he estado pensando no poco sobre ello.

¿Me he equivocado con la gestión activa?

¿Debería haber permanecido indexado como cuando comencé a invertir?

¿Peco de soberbia creyendo que puedo batir al mercado?

¿Merece la pena intentarlo?

¿Cuándo es el momento de decir basta?

La lista sigue y, en cierto modo, puedes tomar tus decisiones y ceñirte a ellas, pero no hay respuestas ni verdades absolutas.

Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no la verdad.

Marco Aurelio

La decisión es que seguiré con una gestión activa con el objetivo de batir al mercado.

El porqué:

  • Porque un año y medio o dos años sigue siendo el corto plazo en bolsa. Pabrai, por ejemplo, recomienda replantearte la inversión como un fallo a partir de los 5 años; en esos horizontes temporales las ineficiencias de mercado suelen ser menores.
  • Porque no puedo decir que realmente haya hecho los deberes. Sí, el último año y medio he seleccionado acciones, por lo tanto he gestionado mi cartera de forma activa. No lo he hecho, sin embargo, como debería haberlo hecho.
  • Porque si hay gente que bate de forma consistente al mercado, entonces hay un modo. Y como pequeño inversor tengo una serie de ventajas frente a los profesionales.

Los 7 Mandamientos

Hay una serie de requisitos o de puntos que debo seguir si lo que pretendo es en algún momento batir al mercado:

  • No copiar sin haber hecho un riguroso trabajo de investigación antes.
  • No ponerme creativo. En relación con la anterior, y aparentemente contradictoria, no lo es. Ya habló Buffett sobre ello: la inversión en bolsa no es un concurso de originalidad. Yo no tengo el expertise que tienen muchos gestores de fondos. Si comienzo un lienzo desde cero, si comienzo a buscar algo nuevo, un diamante en bruto… es probable que meta la pata. En este sentido, prefiero beber de las ideas de otro, que al menos han pasado ya un filtro.
  • Concentrarme.
  • Si no tengo buenas ideas de inversion o no quiero seguir concentrándome, me indexo y no pasa nada.
  • Reducir el consumo de información. Y la que consuma, que sea de gente con buen historial.
  • No tener FOMO: mañana seguirá habiendo buenas rentabilidades.
  • Si algo sube o baja (más allá de los fundamentales), entender por qué lo hace y qué podría cambiar la tendencia.

De dónde beber

En la era de la información, el exceso de información es un problema. Y en el mundo de la inversión no es distinto.

Cada vez hay más y más contenido sobre inversión en castellano: podcasts, Substack, vídeos de YouTube…

Esto, por lo menos a mí, me produce 2 problemas:

  • Demasiadas ideas de inversión. Como ya comenté antes, si cada semana te llegan 10 tesis de inversión y 5 parecen cojonudas… a mí me crea FOMO y eso me hace cometer errores. Que menos que, si conozco mis sesgos, trate de evitar caer en ellos. Al fin y al cabo, no puedo pretender ganar dinero en cada fiesta.
  • La calidad de esa información. A ver, hay gente que es muy buena y que lleva mucho tiempo invirtiendo. En contraparte, también hay gente que ni lleva tanto ni es tan buena (aquí me incluyo). Como no soy capaz de distinguir el grano de la paja, entonces me quedo fuera de esos canales de información.

¿Y entonces, de dónde bebo?

Ahí fuera hay cientos, si no miles, de gestores. Muchos probablemente no sean mejores que el grupo que mencioné antes. Sin embargo, hay otros que llevan batiendo el mercado de forma consistente durante muchos años, con rentabilidades extraordinarias. Esta gente publica sus ideas de inversión y las comenta en sus cartas. En muchas ocasiones hasta las defienden en entrevistas o conferencias anuales.

Sirva por tanto como regla heurística para seleccionar información:

  • Señalización: si son gestores de un fondo desde hace mucho tiempo será por algo. Mucha gente les ha confiado su dinero y lo ha seguido haciendo.
  • El paso del tiempo: supervivencia. Si algo ha sobrevivido durante cuantos más años, mejor. Será por algo: buenas decisiones, evitar malas decisiones, evitar decisiones game over…*

*Nota: Si bien la supervivencia puede ser en sí misma un sesgo, cuanto mayor sea la serie histórica, menor debería ser el efecto del azar. Y como regla heurística, es un proxy, no una ley inquebrantable.

Repasar posiciones y tesis

Consecuencia de no haber hecho lo que debía, he ido acumulando posiciones, teniendo un portfolio sobredimensionado, donde me falta convicción en muchas de ellas.

¿Qué hacer ahora?

  • En primer lugar: repasar las acciones de las que sí hice tesis, comprobar si la tesis se ha roto o no, ponerme al día con su valoración, resultados, expectativas futuras…
  • En segundo lugar: ir una a una con las posiciones que tengo y de las que no he hecho una tesis. Evaluar por qué tengo cada una de ellas, si tiene sentido mantenerlas o no, si tienen potencial a futuro o no y por qué, si he de analizarlas a fondo y hacer tesis o cerrar la posición.

Publicar mi portfolio

Relacionado con el punto anterior, y para que me sirva como incentivo para actuar, iré publicando mi portfolio: las acciones que tengo y cómo van evolucionando.

Haré una primera publicación y, más adelante, evaluaré con qué periodicidad hago las actualizaciones. En un primer momento había pensado mensual, pero soy de tocar poco la cartera, así que podría ser que la frecuencia sea trimestral o semestral.

1 tesis de aquí a final de año

Para volver a coger el ritmo y el hábito (que es lo más importante), me comprometo a publicar una tesis de inversión de aquí a final de año. Y, a partir de ahí, me parece realista publicar una tesis por trimestre. Mucho más que eso, currando y con vida privada, me parece difícil.

¿Pasarme a Substack?

Este blog lo comencé para mí, para comenzar a hacer tesis en público. En cierto modo, si me comprometía en público a hacer y publicar una tesis, eso me obligaba, efectivamente, a hacerlo, a analizar la empresa en profundidad y hasta el final. (Parece que en los últimos meses no ha funcionado como esperaba).

También buscaba difusión: que la gente llegase a mis ideas, a mis tesis. En parte buscando la mejora personal, feedback. Y en parte buscando opcionalidad. Al fin y al cabo, si haces cosas… pasan cosas.

En ningún momento el objetivo ha sido una monetización (a ningún horizonte temporal).

Esto me ha llevado a plantearme si debería cambiar de un blog personal en WordPress a un Substack. Supongo que en una red como Substack te beneficias del efecto red: te da a conocer, te recomienda. En ese aspecto es más sencillo. Tampoco te tienes que preocupar por el diseño, que si plugins, que si seguridad, que si textos legales…

Me echa para atrás la parte de que tú no eres el dueño de aquello, Substack sí. Si algún día pasa algo, cambian las condiciones… problema. No sé, es algo sobre lo que aún tengo que reflexionar.


Con el apartado anterior se acaban los puntos que quería tocar y sobre los que quería pensar. Probablemente la siguiente entrada sea, o bien mi cartera, o una actualización de alguna de las tesis ya publicadas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio